Cómo extender su vida útil sin naufragar en el intento
Nuestras instalaciones portuarias son fundamentales para el comercio internacional y el crecimiento de la economía. Y no es novedad que estas infraestructuras están expuestas a factores que aceleran su desgaste, dejándolas en una posición vulnerable ante posibles roturas y/o filtraciones.
En este contexto un mantenimiento adecuado es necesario para prolongar su vida útil.
Factores de desgaste: El quid de la cuestión
Son varios los elementos externos que pueden afectar al desgaste general de las instalaciones.
✱Condiciones climáticas: Las altas y bajas temperaturas, lluvias, viento, y agua son enemigos de las estructuras portuarias. Estos factores pueden acelerar la corrosión y el deterioro de materiales como el acero y el concreto.
✱Impactos y abrasión: Los barcos, al atracar o zarpar, generan impactos repetidos. Estos impactos, sumados a las fuerzas del viento y las olas, son responsables del desgaste físico de los muelles, los pilotes y las defensas.
✱Carga y descarga: El constante movimiento de grandes cargas en los puertos genera vibraciones y presión, lo que con el tiempo puede causar daños estructurales.
El papel fundamental de las defensas de muelles y los botazos
Para mitigar el impacto de las maniobras de los barcos y reducir el desgaste de los muelles, las defensas para muelles y los botazos se ponen la 10 absorbiendo el impacto de las embarcaciones y por ende reduciendo el daño tanto a otros barcos como al muelle.
✱Defensas de muelles: Estructuras de goma que se instalan en el frente de los muelles y absorben la energía del impacto cuando el barco atraca ofreciendo una gran resistencia a la abrasión y a la corrosión. Es muy importante que estén diseñadas a la medida de cada espacio y necesidad y que sean de excelente calidad para asegurar mayor durabilidad, menor riesgo de daños y menor inversión en reparaciones.
✱Botazos: Son protecciones instaladas en el muelle para evitar que los barcos colisionen directamente con la estructura. Están hechos de materiales resistentes y se colocan de manera estratégica para proteger los muelles de daños por impacto directo. Además de servir como barreras físicas, también ayudan a guiar a las embarcaciones hacia el lugar correcto para su atraque. Es muy importante que estén colocados de forma estratégica y fabricados con materiales de primera calidad que soporten diversos niveles de impacto sin partirse.
Mejor prevenir que curar
Si bien el costo inicial de instalar este tipo de revestimientos puede parecer elevado a simple vista, no todo es lo que parece.
En principio todo depende del tamaño, complejidad del puerto, el tipo de defensa apropiada y la cantidad pero analizando un ejemplo estándar con un tamaño y complejidad media podemos decir que un muelle sin ningún tipo de defensa o con defensas vencidas/de mala calidad puede generar un costo que supere los 300.000 USD en materia de reparación estructural (sin contar los costos adicionales por el tiempo de inactividad del puerto durante las reparaciones, que podría extenderse por varias semanas)
Por el contrario, si hacemos una estimación estándar (también para un tamaño y complejidad media) los costos aproximados de instalar un sistema de defensa de muelle de buena calidad, pueden variar entre 90.000 y 150.000 USD.
Sin contar que estos sistemas de defensa están diseñados para durar años, lo que se termina traduciendo en un ahorro a largo plazo.
No se trata solo de proteger lo que ya está, sino de garantizar que el puerto siga siendo una pieza vital de la cadena logística durante muchos años más.
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